Para dejar por escrito que no voy a abandonar...



La gata como de costumbre pasea su pelaje azul por la casa, intenta no fijar la mirada en nada que le distraiga, ni siquiera en sus heridas. Despacito se acerca al sofá y ve su lugar favorito, pero algo ha cambiado, todo sigue igual y todo es distinto.

Las paredes que le rodean finalmente son de fino cristal. Lame sus heridas esperando que alguien se las pueda curar.

Despacito se acerca al sofá y ve su lugar favorito, pero algo ha cambiado, todo sigue igual y todo es distinto. Quiere arañar el cojín que una vez le dio felicidad, pero teme arañar, teme sacar las garras una vez más, el sabio reloj de arena se lo advirtió demasiadas veces y teme arañar de nuevo, y que sus uñas se enreden en la tela y no le dejen escapar, una huida inútil porque no sabe si el azul de su pelaje le pertenece o si el cielo de sus ojos es real.
Acerca la pata sigilosa y araña impregnando su olor y en parte sus miedos, el cojín sangra algodones de azúcar, sueño y arena (arena tibia que envuelve en sueño). Se asusta un poco, es un cojín que parece nuevo y teme que le vuelvan a regañar.

Al no ocurrir nada, al ver que no le van abrir las heridas decide arriesgarse más y con ronroneo se cuela debajo para sentir el calor del hogar. Sabe que puede volver a arañar y siempre tendrá el temor de que al despertar vuelva a estar allí el gato negro que tantas heridas le provocó.

Poco a poco los hilos del cojín se enredan en ella, y ronronea hasta quedar dormida soñando con que sus heridas se curen y no tenga que volver a arañar.

Dicen que los gatos cuando más a gusto están, cuando mejor se sienten, más intentan morder aquello que desean. Y es que al final son como los humanos que con pequeñas heridas, dulces heridas, van dejando su huella en las profundidades del ser, abatiendo el ego, templando el marmol hasta transformarlo en simple hilo que envuelve y da cobijo.




Comentarios

Entradas populares de este blog

Análisis del cuento Axolotl de Julio Cortázar

El Sur, Análisis literario de "El Sur" de Jorge Luis Borges.

Seguiré soñando....