Nada Importa.

No me importa nada, pero pienso en tus labios chorreando de sangre ajena mientras esta cae en la nieve. Tu tez blanca se camufla con el ambiente y el frío deshace mis pulmones en témpanos de hiel. No me importa nada, pero tus labios ensangrentados me colocan al rozarse con los míos. Quiero caer, desnudo, en la nieve y dejarme morir. Total nada importa si estás ahí, nada importa si ya la puerta se cerró. Jamás nada me importará si tu elegiste que ser sin mi presencia.

¿Recuerdas nuestro primer beso? Era tan cálido que el frío siempre me lo hace recordar, quedan pocos besos así. Deben ser algo en peligro de extinción, y sin embargo apenas me los pides. Quiero más besos así, de esos en los que te cojo el codo y bajo mi mano hasta encontrar la tuya. Más besos de esos en los que te apartas para respirar, y te ahogas, y no puedes respirar, pero quieres más. Besos de abrir paraguas, besos de sujetar la pamela en la playa, besos de los que se tapan con la mano para que los transeúntes no nos espíen y sonreímos continuamente. Besos que se pierden entre cerveza y cerveza.

Si lo piensas de la forma correcta nuestro error fue el de siempre, que no hubo error, que todo tenia que ser perfecto o mortal. Hoy estoy más cerca de la muerte que de la vida, así que algo tenemos ahora en común. Que no estamos.

No me importa nada como termine todo, pero no quiero irme sin tus labios. No quiero irme. O tal vez, me marche hacia ningún lugar. Y al final me sentare en la escalera de siempre con mi cigarro esperando que te consumas y me escribas de una vez un "ya llegué".

Comentarios

  1. Sentarse, con un cigarrillo, esperando que ella o él se consuma, es en efecto darle importancia.

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