Siempre vuelvo a mi isla.
S oy un cobarde, cuanto más he buscado la perfección en mí más me he alejado de los sentimientos. Soy una maquina que se prohíbe sentir y es que creo que es lo único a lo que tengo miedo. ¿Mi escusa? que busco ser feliz. Pero al final "felicidad" es un termino complejo al que cada uno vuelca su propia definición en dependencia de sus intereses. Siempre he estado equivocado, y para un Géminis reconocer que se equivoca es duro. H oy es 18 y como cada dieciocho espero que esa situación marcada por el destino se dé, hace mucho que espero a que ese algo que me libera venga a por mi (y se que solo si yo lo busco vendrá). Hoy me siento más viejo y fatigado que nunca, a pesar de mis miles de años sigo creyendo en cosas que no existen como la capacidad de luchar del ser humano, como en la capacidad de decidir de cada uno. Y en lo más profundo de mi ignorancia cuando me siento perdido vuelvo a mi isla, esa isla que construí para refugiarme, aquella que guarda diamantes en su int